Textos aislados


Año 2017, entre las ocupaciones referentes a un Concurso de Juicios Orales, un viaje a la Ciudad de México y la prestación del Servicio Social, la redacción de poemas quedó desterrada de mi propia vida. ¿Quién sabe si algún día volverá? Aún la narrativa –mi mayor fuerte –hace un esfuerzo por seguir respirando...

Sería triste condenar al olvido lo que ya ha sido creado. En el congelador donde yacen los escritores que no han salido al mundo, las palabras se quedan inertes, debajo de una fina capa de hielo.

Por eso el día de hoy presento tres textos de mi autoría, con aspiraciones de ser poemas, escritos en diferentes momentos de mi existencia. Dos pertenecen a los sagrados tiempos de la preparatoria, otro es un poco más reciente. Los dejó aquí como arte, como un tierno recuerdo sacado de una cajita de madera;


Cuando te vaya a buscar

Sólo pido no encontrarme con malvados,
cuando te vaya a buscar.
En el monte, en la calle, en la noche, en el valle.
Sólo pido que estés donde dijiste que te quedarías.

Que no tenga que quedarme con rechazos salados,
que cuando viaje, llegue contigo y te halle
igual de sonriente, igual de tierna y serena.
¿Por qué sin mí qué harías?

Sabes que puedo hacer sonreír tus labios mimados…
vamos, sólo quiero volverte a encontrar.


XIII
Un día tú y yo caminaremos,
en un risco, o una barranca
llevados ahí por los pecados,
rumbo los tormentos del alma.

Un día tú y yo no huiremos,
nos pararemos con el océano detrás
y los soldados de la conciencia delante.

Un día tú y yo seremos juzgados,
seremos apedreados por los cargos.
Nuestros amigos serán soldados
y nos ametrallaran con sus palabras.

Te prometo que iré vestido de gala,
espero que saques un vestido blanco
como si nos casáramos en una plaza
observados por todos, en ese barranco.

Te prometo que me peinare y arreglaré
como todo un caballero ,
me pondré corbata y los mirare, 
si quieres moriré primero.

Y veremos como todo pasó tan rápido
cayendo sin final por el agujero,
no tendremos más excusa que nuestro amor
malnacido desde el comienzo.


Caras y luces
Yo tengo plena confianza en ti;
es un asunto de gratitud,
es mi deber para ser feliz,
es mirar tu piel sin latitud.

Porque sé que tú estarás aquí.
Tal vez por llamarle pulcritud
por desnudar el alma sin fin.

Tu boca es un bello abandono
renuncia a continuar viviendo
fuera de ti, sin ver tus ojos
 sobre la soledad que enciendo.

Me persigues lejos del cosmos
donde no habita el mundo entero
para hacerme tu esclavo loco

Y no sé de dónde mi obsesión,
por hablar de caras y luces;
de la sombra hecha en mi habitación.
Me decido a apagar la lumbre.

Aún no comprendes mi adoración
por ti, mi temor por la cumbre
y el abismo de desolación.

Por: Adrián Baltazar Bonilla Rivas
Pipe Bonilla


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