Recuerdo de BachUAA, México.



Una tarde de mayo

La noche se hacía presente mientras el sol caía, aquella tarde caliente de mayo. El turno vespertino de la generación 2010 – 2013 de la Prepa de Petróleos se reunía a las afueras de la ciudad, cerca de una comunidad llamada Los Pocitos…

El campo nos rodeaba, al igual que varias fincas de salones de eventos y casas que parecían descuidadas. Regados sobre un jardín verde, debajo de carpas blancas, vistiendo ropa elegante. Era la pre-graduación, día de acudir con traje o vestido,  día de despedir los años anteriores, comer y beber, brindar por el presente que hoy se ha vuelto lejano.

Sin importar la melancolía del recuerdo bendito; eran los días felices, cuando la mayoría no laboraba y la responsabilidad era un cuento de los adultos. Cuando el amor era tan nuevo que pecaba por atrevimiento, la fiesta mandaba por encima de los simples mortales, fieles sirvientes de los vasos rojos de plástico y las heladas bolsas de hielo.

Eran los últimos días de BachUAA, cuando sabíamos que todo acabaría pronto; que lo pasado estaba en el pasado y el futuro era tan incierto, que podíamos controlarlo con la mera ilusión de nuestras mentes. Cuando no teníamos más que nuestras propias amistades y estábamos todos reunidos, inclusive los que faltan ahora.

La noche se hacía presente mientras el sol caía, era 28 de mayo de 2013. La mitad de los presentes sonreían espontáneamente, quizás por las bebidas que para entonces habían causado su efecto, porque las personas calladas se soltaban el pelo durante unos instantes y daban un shot de tequila, mezcal o cosas peores. Porque el volantín daba vueltas sin parar, mientras sus ocupantes  temerarios perdían el equilibrio, antes de morir en mareos.

Las fotografías se tomaban sin parar. Los grupos se reunían a pesar de los desacuerdos y diferencias acumulados durante tres años, el desconocimiento de los otros miembros, la división en “bolitas”. En esa ocasión, todos éramos amigos, todos éramos del “F”, el “G”, “H”, “I”, “J” o “K”;  todos éramos “Petróleos”.

Cuatro años han pasado. En el interior de nuestras almas sentimos que somos los mismos jóvenes, que nos vemos como en las fotografías y vivimos de igual manera que entonces. Pero todo ha cambiado, algunos asientos están vacíos y se quedarán así para siempre.

Algunos otros están a punto de titularse como profesionistas, pues los años de la universidad comienzan a dar sus frutos. A otros (des) afortunados nos queda más tiempo de estudio y ni hablar de los valientes que tomaron otros caminos interesantes...

BachUAA; ¡Cómo olvidar aquellos recuerdos! Las noches increíbles escuchando música, los pequeños chismes de rancho, porque todo el mundo se conocía. En ocasiones un pequeño infierno, pero la mayoría de las veces, aquello fue el paraíso en la vida. 

De todo aquello nos quedan varias lecciones, quizás una de las más importantes, es que "nadie es eterno en el mundo", que la juventud se extingue y nosotros también. Por eso debemos disfrutar lo que tenemos y a las personas que están cerca de nosotros, porque nadie sabe, lo que pase al día siguiente.

La preparatoria no es una memoria muerta, es una realidad que se quedó impregnada entre nosotros. 





Imágenes del 28 de mayo del 2013, desde mi cámara personal.

Adrián Baltazar "Pipe" Bonilla Rivas. 

Comentarios

  1. Sin duda ese día formará parte de mi vida siempre. Presentes los que ahora faltan, en ese momento solo queriamos divertirnos y planear el futuro; hoy día ya se comienzan a ver los frutos. Sin duda una de las mejores generaciones, unida, hermana y solidaria. Porque fuimos, somos y seremos: "Los de la Petróleos".
    Gracias por el recuerdo, un abrazo.Salvador Gallegos

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  2. Muchas gracias Chavita, nos quedaron grandes recuerdos y buenas amistades, siempre será un orgullo haber pertenecido a aquella generación de la petróleos. Un abrazo también.

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