Carta de fin de año
No quiero terminar el año sin saludar a mis abuelos, porque no sé si el próximo año sigan aquí, no quiero terminar el año sin ver feliz a mi padre, porque no sé si el próximo año seguirá siendo tan alegre. No quiero terminar el año sin ver a mi amor, porque no sé si dentro de un año seguiremos juntos. Los finales y los comienzos siempre plantean incertidumbre.
Sé
que el 2019 puede ser el mejor año, sólo se necesita una combinación de suerte
y de sabiduría para afrontar los problemas que puedan llegar a aparecer. Hay
cosas que no se pueden decidir o saber, ¿cómo asegurar cuándo será el último
respiro de alguien? Por eso no quiero que el año que viene sea como los demás.
Esta vez no quiero pelear con nadie, no quiero discusiones interminables, no
quiero falsas amistades, ni sonrisas hipócritas. Quiero tener la certeza de que
estaré con los míos, de que podré amarlos y ellos podrán amarme a mí.
No sé cuánto cambie la vida, hoy
soy muy distrito al joven que dejé atrás hace trescientos sesenta y cinco días.
No sé si soy mejor persona o peor, sólo puedo asegurar que he recorrido más
camino, que siento cómo el tiempo se desvanece, cómo la vida pasa y las cosas
cambian. Pero cuando tomo la mano de las personas que quiero, cuando nos damos
un abrazo al momento de despedirnos, siento que ese momento en el mundo es todo
lo que anhelo y necesito.
Por allí alguien me preguntó
con cuáles palabras describiría el 2018, elegí “triunfo” y “desengaño”. La
primera de ellas derivada de los éxitos personales-profesionales, la segunda
del papel de algunas amistades y mis primeros empleos. Algunas personas que
desaparecieron del mapa y otras que pidieron cuantiosos sacrificios. En fin, lo
hecho, hecho está.
Hace bastante tiempo escribí en
la orilla de una libreta; “sólo pido no encontrarme con malvados cuando te vaya
a buscar.” Algo así podría desear del año que ahora comienza. “Sólo pido que
estés dónde dijiste que te quedarías”…
Quiero un año que sea
diferente, uno dónde no importe la marca de mi celular ni el número de dígitos
en mi salario, uno en el que la compañía sea más valiosa que todo eso. Hoy
escribo esta carta como si estuviera hablando con los Reyes Magos o el Niño
Dios. Como un deseo sincero de que las personas que amo se queden a mi lado, de que las personas que no tienen nada para ofrecer tomen otros caminos separados y
que los instantes de luz sigan existiendo.
¡Feliz año Nuevo!
Imágenes:
Hermosa reflexión para todos los que comenzaremos este año nuevo.
ResponderBorrarUn abrazo sincero y nuestros mejores deseos para ti y toda tu familia.
Familia Moreno-Hernández.