Buscando la justicia



"Justicia" esa fuerte y a la vez escurridiza palabra que proviene del latín "iustitia"; esa enigmática y mencionada palabra que se pronuncia de manera enfática.

¿Qué es la justicia? ¿De dónde viene? ¿Acaso existe?

Como estudiante de la Carrera de Derecho, ningún ideal ha sido mencionado tanto en mis años recientes, ni si quiera la libertad, la vida, el amor. A veces se crea la impresión de que la Justicia es más importante que todo eso, porque en nuestra cómoda esfera parece que tenemos la vida asegurada, la libertad, e inclusive el amor de quienes están más cercanos, pero la justicia, eso es algo que escapa a la realidad.

Yo no veo que el mundo sea justo y creo que difícilmente alguien podrá decirme lo contrario. Tenemos a personas que no se esfuerzan percibiendo grandes sumas de dinero, mientras personas trabajadoras luchan todos los días por llevar un poco de sustento a sus familias. Personas que no lo merecen, detentan el poder y deciden el destino de millones de seres humanos.

Pero esas son cuestiones de la realidad que se dibujan como inevitables, que en nuestro día a día difícilmente podemos contrarrestar, porque desarrollamos nuestras actividades en el marco de un sistema del cual dependemos.

Puedo atreverme a decir, que la solución no está en los aspectos lejanos, al menos no por el momento, pues no gobernamos ningún país, estado o municipio, pero decidimos sobre nuestras propias vidas. No somos grandes empresarios millonarios, pero al menos, controlamos el poco dinero que sale de nuestras carteras. No somos grandes activistas, pero todos los días tenemos contacto con "muchas" personas, cuya vida podemos volver un poco diferente.

Desde hace siglos, se tiene el concepto de que la justicia es dar a cada quien lo que le corresponde, hoy en día se sigue enseñando así. ¿Pero qué le corresponde a cada quién? Alguien podría contestar que el pago de un préstamo, otro que el pago de la renta, uno más que el pago de una indemnización por despido y así podría contestarse, infinitamente.

Esa es la justicia legal, que se pelea en los tribunales, en la mayoría de los casos. Alrededor de la idea de "justicia" nosotros como seres humanos hemos construido un conjunto de leyes y normas que tienen por objeto regular este concepto tan abstracto y hacerlo presente en la realidad.

Sin embargo, existen salvedades. Por alguna extraña razón, que aún no logra explicarse, la mayoría de las personas decimos: "Eso es justo", "eso es injusto", es decir, que hacemos juicios de valor sobre la justicia o injusticia de una situación o acto. Situaciones y actos que en varias ocasiones escapan a la legislación e incluso sería imposible tratar en un juicio.


Un ejemplo sencillo;


Un adulto o adulta, de ochenta años de edad, aproximadamente, se encuentra abandonado en un asilo. Él o ella tiene familia, varios hijos con "muchos" nietos también. Ninguno de ellos va a vistarlo/a, apenas y le llaman por teléfono en algunas ocasiones importantes, cuando se acuerdan de hacerlo. Entre todos los familiares se colaboran para pagar su estancia en el asilo, que es un buen lugar para descansar; la persona en cuestión come tres veces al día, recibe cierto cuidado y toma sus medicinas. Pero se encuentra lejos de su familia, de los hijos e hijas que cuidó durante décadas y vio crecer con orgullo. Se encuentra alejada de todo lo que fue su vida, olvidada por los seres que más amó en el mundo.

Ningún juez puede ordenar a los familiares de dicho adulto mayor para que vayan a visitarlo/a. Nadie, con todo el poder de la ley, puede obligar a que aquellos descendientes ocupados en sus pendientes diarios, acudan al asilo de vez en cuando. Y una ley que lo hiciera, violaría la libertad de los familiares, "la libertad de no ir."

¿Es una situación injusta? Cualquier persona con un poco de sentido común puede contestar que sí.
Después de una vida dedicada a su familia, ¿la persona en el asilo tiene derecho a ser visitada por sus hijos, hijas o nietos? Cualquier persona respondería que sí.

Existe una justicia que está afuera de los tribunales. que no puede ser alcanzada por ellos, que depende de todos y cada uno de nosotros. Porque nosotros, como seres humanos, efectuamos francos actos de de justicia o de injusticia, de reivindicación o menoscabo, cuando nos relacionamos con los demás.

Puedo afirmar, que hacer a un lado las capacidades de alguien que está justo enfrente de nosotros, ya es la primera injusticia, la primera negación de la frase "dar a cada quién lo que le corresponda". Porque muchas veces, a la persona que está enfrente de nosotros, no le corresponde o no merece nuestra conducta hacia ella, ni si quiera nuestros malos pensamientos.

Como estudiante en la universidad, ningún otro ideal ha sido mencionado tanto en los años recientes. Y sin embargo, todos los días convivo con un entorno injusto, donde algunos no estamos dispuestos a cambiar, ni hacer a un lado nuestras diferencias. Al contrario, da la impresión de que cada vez nos esforzamos más en acrecentar dichas diferencias, porque al final del día terminamos diciendo que: "nosotros no somos iguales".


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