Centenario de la Constitución.
Desde la educación primaria, se nos enseñó que el 5 de febrero es el día de la constitución. También se nos indicó cómo debemos de comportarnos durante los honores a la bandera; en posición de firmes aunque el sol golpee nuestros ojos y el frío se cuele por debajo del suéter.
Conforme crecimos, se diluyó esa costumbre experimentada todos los lunes en el patio de la escuela. En la preparatoria "los honores" se limitaron a algunas fechas importantes, quizás una vez por año, cuando mucho. Luego comenzó la universidad y nunca más se experimentó dicho ritual.
A estas alturas de la vida, cada quién tiene una opinión diferente sobre el país en el que vivimos y se ha formado una idea de "la patria", ese vocablo tan recurrido en los libros de texto, que parece propio de la historia, pero no del presente.
Seamos sinceros, gran parte de lo que sabemos sobre la Constitución de 1917 proviene de nuestra infancia, cuando además de las clases presenciamos varios festivales en los que predominaron los disfraces de "charro" y "adelita", los bigotes falsos intentando asemejarse a los revolucionarios. Los sombreros y las carrilleras, además de los disfraces de Venustiano Carranza, Álvaro Obregon, Francisco Villa o Emiliano Zapata.
Como resultado, la mayoría tenemos un conocimiento "elemental" sobre estos sucesos que acontecieron hace un siglo y que cambiaron el rumbo de nuestro país. Sin embargo, este domingo se cumplen cien años de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue promulgada.
El mundo ha cambiado mucho desde entonces. Hoy en día no hay "revolucionarios" como antaño, a pesar de las necesidades del pueblo. Da pena decir que la realidad supera a ley en muchos sentidos, puesto que "tenemos" una constitución ampliamente protectora de los derechos humanos y la clase trabajadora, que declara a México en su artículo 40 como una república representativa, democrática, laica y federal. Pero en la práctica una parte de su contenido escapa a la realidad.
La constitución de 1917 fue la más avanzada de su época, porque plasmó un catálogo de derechos humanos que en el principio fueron nombrados como "garantías individuales" y postulados de contenido social como la educación laica y gratuita, la propiedad de las tierras (que corresponde a la nación) y la regulación del trabajo.
Para hacer una correcta reflexión sobre el centenario de la Carta Magna es necesario considerar los aspectos positivos y negativos. Lo bueno es, que la revolución mexicana tuvo como fruto un ordenamiento jurídico que pretende mejorar la vida de una nación entera hacerle justicia al desvalido y defender a los mexicanos. Lo malo es, que no se cumple, ni se respeta su contenido, ya sea por ignorancia, corrupción o simple maldad. Pero ese no es ningún pretexto para darnos por vencidos.
No creamos que en 1917 se alcanzó el máximo legado, basta con salir a las colonias de nuestras ciudades para darnos cuenta de que todavía falta mucho por hacer. Y no basta con escribir algo en una ley para que esto mágicamente se convierta en realidad.
Hace unos cuantos días, en la carrera de Derecho, mis compañeros hacían algunos comentarios sobre este "centenario". La mayoría coincidía en que el país estaba "mal", esta patria cuyo concepto apenas alcanzamos a dimensionar, hoy en día tiene una Constitución como ideal, como utopía que todavía no alcanzamos realizar.
De todos sus comentarios, el que más llamó mi atención fue aquel que hizo Jorge Hurtado Morales, porque lejos de dejarse llevar por la queja y el pesimismo, afirmó que en 1917 se alcanzaron muchas cosas que no se creían posibles en esa época. En palabras suyas:
"Considero la Constitución de 1917 como una victoria para el pueblo de México, más allá de que su texto en hoy en día no se cumple a cabalidad. Es un ejemplo de valor y demostración de la soberanía de hombres y mujeres libres. Sí, costó muchas vidas, pero se lograron conquistas revolucionarias para los trabajadores, la educación del país y para reivindicar a la nación los recursos y territorios en manos de extranjeros."
Eso es lo que debemos de recordar el día de hoy; que el cambio es posible, siempre que se luche por él. Si nuestros antepasados consiguieron hacer la diferencia, nosotros también podemos en la actualidad, a pesar de los problemas.
1917 - 2017
Centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
"Gotas aisladas"
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