Navidad en el siglo XXI
Navidad en el siglo XXI, bienvenidos a los tiempos del consumo en exceso, del predominio del factor económico sobre todas las cosas. La navidad, como festividad cristiana que incorporó algunos elementos paganos, durante siglos fue un acontecimiento espiritual, una celebración religiosa. Durante casi dos mil años, fueron los valores de la moral judeo-cristiana los que predominaron en estas "fiestas", tales como el amor, la paz, el bien, ideas como la salvación y le redención de la humanidad, entre otras.
Pero eso cambió hace muchos años o incluso décadas. Porque la navidad pasó de ser una conmemoración religiosa a convertirse en una costumbre o festividad del mundo occidental. El mismo que a pesar de sus raíces espirituales inició con tanta vehemencia dos guerras mundiales e inventó la bomba atómica y con ella, las armas de destrucción masiva.
Ciertamente, occidente se transformó mucho en el transcurso de un siglo. Como era de esperarse, la navidad evolucionó con él. Su lado comercial se fue expandiendo sin tregua. Hoy por hoy, las fiestas decembrinas son el negocio por excelencia. Se compran toda clase de presentes para demostrar afecto, se preparan grandes cenas para reunir a las familias y se realizan fiestas menores para disfrutar con las amistades y compañeros de trabajo. Todo el mundo consume, todo el mundo gasta, es la navidad en el siglo XXI.
Con la globalización y la expansión de la cultura occidental por todo el mundo, las fechas de fin de año son un producto más en el mercado. Santa Claus es el principal exponente, países lejanos con tradiciones completamente ajenas han adoptado su simpática figura, su traje rojo y trineo. ¿Quién podría resistirse a un viejito amoroso regalando juguetes a todos los niños del cosmos?
La navidad es hermosa, de eso no cabe duda. Me provoca una ternura inigualable y me recuerda a la inocencia de cuando era pequeño. Sinceramente, me da gusto que este acontecimiento anual sea conocido a nivel planetario.
Pero me duele su materialismo y me preocupa la distorsión de su imagen. El día de hoy escribo este artículo porque amo esta celebración, porque me gusta su folclor y valoro profundamente su significado oculto, lo que en realidad representa.
Desde mi parecer, no se trata de quién compre más y mejores regalos, de quién tenga los mejores adornos en su casa o decore el exterior de su vivienda con cientos de luces. No se trata de conseguir el regalo más costoso para el 25 de diciembre.
Creo que en el fondo, todos hemos escuchado lo que persigue "celebrar". Más allá de las creencias religiosas que pueda tener cada persona, los seres humanos buscamos algo de compañía, afecto y comprensión para lograr una mayor fortaleza.
El tiempo no se detiene mientras la vida continúa. Tal vez, a manera de sugerencia, estos días son una oportunidad para encontrar un poco de lo que todo buscamos. Hallarlo en los demás, en quienes tenemos cerca a pesar de los desencuentros y las fatigas. Porque los tiempos actuales necesitan otra clase de gente, que sea capaz de transformar su entorno.
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