Pursuit of happiness
¿Qué es la felicidad?
¿Puede ser comprada en el supermercado? ¿Empaquetada en cajas o bolsas de plástico? La respuesta es negativa. No es como comprar una lata de refresco, parece más difícil.
Puede encontrarse en los momentos y lugares más inesperados, pues no depende del tiempo, ni del espacio, es un factor completamente personal, subjetivo, que varía con cada ser humano.
De alguna manera, todos nos encontramos "en búsqueda de la felicidad". Tomamos diferentes senderos, cada uno decide qué metas perseguir, las establece en su vida e interactúa con su realidad para transformarla.
Aristóteles dijo hace más de 2300 años que el fin supremo del hombre es la felicidad (1). Hoy en día estas palabras suyas impregnan nuestra cultura, nuestra manera de vivir, aunque quizás, no las comprendemos del todo.
Son muchos los caminos seguidos por los seres humanos. Algunos consideran que teniendo dinero o acumulando bienes encontrarán la satisfacción plena. Algunos apuestan por el "poder" sin poner freno a sus propias ambiciones.
Entre tantas alternativas se enredan muchas palabras, casi todas con la misma promesa. Algunos buscan la fama, otros cierto conocimiento, un trabajo para vivir de él, la conquista de un logro, las relaciones interpersonales de amistad y pareja.
Existen demasiadas opciones para buscar la felicidad, "la verdadera alegría" por así decirlo. El problema es encontrarla. Algunos se jactan de haberlo hecho. Pero antes de continuar, ¿qué tanto entendemos del tema?
Algunos lo conciben como una emoción, un estado de ánimo, un sentimiento. Equiparando felicidad y entusiasmo. Puede que tengan razón, pero los sentimientos son volubles, cambian con el tiempo, van y vienen. Un día aparecen y al siguiente no están.
Otros lo consideran como un resultado, un estado, algo provocado. La vislumbran como el paso final de una escalera, la cima de una montaña en subida. Puede tener como causa la auto-realización, haber logrado metas, haber aceptado ciertas realidades. Pero, ¿qué tanto puede durar dicho "resultado", la satisfacción producto de la vida? La respuesta es variable, tan diferente como cada uno de nosotros.
Me pregunto si la felicidad será algo así como una decisión, consciente o inconsciente, no lo importa. Existen espíritus más simples, que un día optan por admirar la belleza de la vida, sin importar la pobreza económica, la falta de influencia política, incluso la ignorancia. No les importa no saber del mundo; están completamente desamparados ante la vastedad del universo (igual que nosotros) y a pesar de todo sonríen.
Así es; más de 2000 años de preguntarnos cuál es el camino correcto para conseguir la auto-realización, más de veinte siglos de lucha entre ideologías y religiones, entre una escuela filosófica y otra; para que al final de cuentas la felicidad sea gratuita y nos esté esperando, a la vuelta de la esquina.
No es ningún secreto que vivimos agobiados, preocupados por esto y lo otro: la escuela, el trabajo, los asuntos familiares, etcétera. A veces, somos nosotros mismos quienes saboteamos la propia búsqueda de la dicha.
Creemos que somos indignos de ella. Tenemos la intención de librar una odisea antes de conseguirla. Y tenemos la esperanza de que después de logrado nuestro objetivo, la felicidad caerá del cielo y se rendirá a nuestros pies.
Seamos un poco realistas, hemos sufrido mucho como para seguir posponiendo nuestra decisión, para seguir evitándola, escondiéndola detrás de nuestros problemas.
Siempre habrá contrariedades, detalles capaces de molestarnos y hacernos perder la paz. No pidamos un mundo perfecto para ser felices en él. Mejor tratemos de afrontar la vida con nuestra mejor cara, con todo lo bueno que tengamos. Entonces, desentendidos de lo demás, podremos dejar de buscar.
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