Los mitos del nuevo sistema de Justicia Penal
En los últimos años la delincuencia "común" ha sido constante. Siendo el delito de robo el más referido en las noticias locales debido a la gran multitud de casos que se presentan día con día.
La población sufre esta situación y más que preocupada, se muestra resentida. Los casos de personas que buscan justicia por sus propias manos van en aumento y un sector de la sociedad respalda esta violencia.
No debatiré si la reacción de los particulares hacia los delincuentes se encuentra justificada o no, si es ética, moral, ni tampoco hablaré de los planteamientos legales que intervienen en esta cuestión. Porque hay un aspecto que me parece aún más polémico y ha sido criticado frecuentemente: "el Nuevo Sistema de Justicia Penal".
Desde mi perspectiva de estudiante de derecho de octavo semestre, ex concursante de Juicio Oral y Audiencias Preliminares, los señalamientos en contra del Sistema Penal Acusatorio carecen de fundamento. Pues falsamente se ataca el Nuevo Sistema como si este fuera el causante o culpable de la delincuencia, y básicamente, "de todos los males que padece la gente".
Hablemos del delito
En primer lugar, debemos recordar que el Derecho Penal es una reacción por parte del Estado. Primero ocurren los hechos y después comienza a funcionar toda la maquinaria institucional para aplicar una "pena". Así pues la prevención del delito no es uno de los fines del Derecho Penal, porque éste fue creado esencialmente para castigar conductas, no para prevenirlas.
La prevención del delito es una tarea que va más allá de la ley, todos sabemos que corresponde a la policía la vigilancia de nuestras calles y que los tres niveles de gobierno tienen la obligación garantizar mejores condiciones de vida a todos los ciudadanos. Proporcionar seguridad pública, educación, inclusive empleo y una vida digna. Sin embargo, en nuestro país existe un gran número de carencias.
Estudiar las causas del delito corresponde a la criminología y no al Derecho. Un criminólogo podrá explicar los diferentes factores que intervienen en este conflicto, como la propia psicología de la persona que se dedica a robar o "vender droga", etcétera.
De aquí la importancia de que se elaboren políticas públicas que de verdad reduzcan estos hechos y que exista una estrecha colaboración entre los diferentes estudiosos del delito, ya sean criminólogos, sociólogos, abogados, psicólogos, educadores o inclusive trabajadores sociales, para que con los conocimientos de todas estas áreas se puedan encontrar soluciones.
El mito de que el nuevo sistema "protege al delincuente"
En segundo lugar, existe esta afirmación que se ha difundido a través de diferentes medios de comunicación.
El Sistema Acusatorio - Adversarial, es un gran avance respecto al Sistema Inquisitivo que rigió a la Justicia Penal mexicana desde hace siglos. Pues desde tiempos inmemoriales, se reunieron actas, documentos, declaraciones, todo se registró por escrito debido a la falta de tecnología.
Los juicios cada vez se llenaron de más escritos, al grado que los procedimientos se extendieron durante años y los expedientes se convirtieron en grandes bloques casi imposibles de leer y entender, donde era más fácil condenar a cualquiera que absolver, por la manera en la que estaba diseñado el sistema.
El inicio de una averiguación previa, aunque se tratara de la persona más inocente y libre de responsabilidad penal, significaba casi una condena asegurada.
- El nuevo sistema no busca impunidad, sino mejores procedimientos, eficaces y más rápidos;
- Sin tanto papeleo de por medio, sin juicios interminables que duren años.
- Se buscan realizar audiencias con un lenguaje que sea comprensible para la población en general.
- Se toma en cuenta el papel de la víctima, velando porque se le garantice la reparación de su daño, un concepto que durante mucho tiempo no existió en este país.
- Prevé salidas alternas para resolver los conflictos por otros medios.
- Además está basado en sistemas jurídicos que presentan mejores resultados que el nuestro cuando se trata de aplicar la ley.
¿Entonces por qué atacar al nuevo sistema? Al parecer sólo porque es nuevo, porque un sector de la sociedad se niega a cambiar a pesar de que la ley se encuentre reformada, porque no conocen sus verdaderos beneficios ni sus fines, porque ni si quiera saben cómo funcionaba el sistema anterior, el inquisitivo.
El verdadero problema
Una vez que se ha expuesto la finalidad del Derecho Penal como conjunto de normas que castigan determinadas conductas, y en que consiste el Derecho Procesal, que establece las reglas que habrán de seguirse en todos los juicios, es hora de señalar otros aspectos que intervienen en el delicado asunto de la criminalidad.
El primero; considerar que los tres ámbitos de gobierno tienen a su cargo la Seguridad Pública, es su obligación prevenir el delito.
El segundo, pero no por ello menos importante, es que nuestra sociedad enfrenta graves problemas que escapan al campo de acción del Estado y requieren soluciones que abarcan desde lo individual hasta lo colectivo.
El aspecto individual comienza con buscar ser mejores personas, pero necesita más acciones, también es importante protegerse y no arriesgarse, no exponerse al delito, no facilitarle la labor al ladrón, no consumir drogas para no fomentar el narco-menudeo, etcétera.
El aspecto colectivo es todavía más complejo. Aún así, puede traducirse en acciones sencillas, vigilar la casa del vecino cuando éste no se encuentre, llamar a la policía cuando ocurra una pelea callejera, no participar en pleitos vecinales, denunciar cuando se dé cuenta de un delito.
El verdadero problema es la conjugación de dos factores, por un lado la ineficiencia de la labor pública, por el otro, la apatía y el desinterés de la ciudadanía, que condena los hechos encendidamente en las redes sociales, pero no denuncia, no vota en las elecciones no ayuda al que está en situación de vulnerabilidad, no educa a sus hijos, no hace nada por cambiar la situación del país y busca que todo le sea resuelto por otras personas.
En síntesis;
Se ha suscitado una gran polémica en torno del Sistema Acusatorio, atribuyendole responsabilidades que no le corresponden. El cambio de modelo procesal se ha utilizado como un pretexto por parte de ciertos sectores para justificar la injusticia y la impunidad que se vive en México, en lugar de reflexionar sobre las causas del delito y buscar soluciones efectivas.
En síntesis;
Se ha suscitado una gran polémica en torno del Sistema Acusatorio, atribuyendole responsabilidades que no le corresponden. El cambio de modelo procesal se ha utilizado como un pretexto por parte de ciertos sectores para justificar la injusticia y la impunidad que se vive en México, en lugar de reflexionar sobre las causas del delito y buscar soluciones efectivas.
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