El 2 de octubre
Son tan conocidos en la memoria colectiva del mexicano los nombres de "Tlatelolco", o "El 68", acompañados de palabras más fuertes como "represión", "matanza" y "masacre". Se podría decir que la mayoría de la gente sabe lo que pasó allí, durante el movimiento estudiantil de 1968; cuando el gobierno en turno, abrió fuego en contra de los manifestantes que realizaban un mitín.
Pero hay un sin fin de detalles que desconocemos sobre el 2 de octubre y que quizás, por más que investiguemos, siempre habrá un vacío, un hueco sin llenar. Tan exitosos fueron los esfuerzos realizados en el pasado para ocultar la verdad, que hoy en día no sabemos a ciencia cierta cuantas personas murieron. Se cuenta con diferentes estimaciones, realizadas seriamente, pero al parecer, el número real de víctimas siempre será un misterio.
Estamos ante aquella fecha "que no se olvida", que en palabras de diversos autores cambió la forma de pensar de la sociedad y trascendió en la historia nacional. Por ejemplo, Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, quien era Embajador de México en la India, se separó de su puesto diplomático a consecuencia de estos hechos, puesto que no deseaba representar a un Gobierno que disparó en contra de su propia gente. Otros escritores han dedicado grandes obras a hablar de este tema como son: "La noche de Tlatelolco" de Elena Poniatowska, "Parte de guerra. Tlatelolco 1968. Documentos del general Marcelino García Barragán, los hechos y la historia." De Julio Scherer y Carlos Monsivais, "Regina: el dos de octubre no se olvida" de Antonio Velasco Piña, "Nada y así sea" de Oriana Fallaci y "Disparos den la Oscuridad" de Fabrizio Mejía Madrid, entre otros.
Coincidiendo en que la represión de octubre de 1968 fue uno de los sucesos más importantes del último siglo.
Coincidiendo en que la represión de octubre de 1968 fue uno de los sucesos más importantes del último siglo.
Hoy llegamos al 2 de octubre, otra vez, en una época diferente, marcada por las telecomunicaciones y el uso constante de la tecnología en la vida diaria. Tenemos un país en un proceso de transición democrática, con un Estado menos autoritario que el que existió en aquellos años. En la actualidad, la libertad de expresión es un derecho humano gracias al cual podemos expresar nuestras diferentes opiniones, aún en contra del Gobierno. El derecho a disentir, no podía ser expresado como tal hace medio siglo y podría decirse que tuvo un costo mortal muy caro.
Ello no desaparece los severos problemas que nos aquejan, como la inseguridad, la corrupción y la pobreza. Es claro que todavía tenemos algunos asuntos pendientes que resolver como país, mismos que podemos debatir en el ejercicio de nuestras libertades públicas que antes eran coartadas por las autoridades en turno.
Ello no desaparece los severos problemas que nos aquejan, como la inseguridad, la corrupción y la pobreza. Es claro que todavía tenemos algunos asuntos pendientes que resolver como país, mismos que podemos debatir en el ejercicio de nuestras libertades públicas que antes eran coartadas por las autoridades en turno.
Quizás nunca sepamos cuantas víctimas mortales hubo a consecuencia de estos hechos violentos, de la persecución posterior, de las desapariciones forzadas, la represión y la guerra sucia. Sin duda que se trata de un pasaje oscuro de nuestra historia que jamás debería repetirse.
Que esta fecha nos sirva como un homenaje a los luchadores sociales y las víctimas. Además, como un recordatorio de que aún nos faltan muchas cosas por mejorar, cincuenta años después.
Fotografías:
https://medium.com/panorama-noticieros/vale-la-pena-recordar-el-2-de-octubre-de-1968-ad434356206f
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