La desaparición de Sergio (cuento breve)
Fotografía: Miguel Kurtz, visita su galería en https://www.instagram.com/miguel_kurz/
Algo muy raro está pasando aquí. Entro en el Facebook de
un antiguo amigo de la secundaria porque un conocido me dijo que hace mucho que no lo ve por la calle.
¿Por qué salió el tema? Eso es irrelevante. El caso aquí
es que encontré un perfil abandonado, que apenas es la sombra de lo que fue
antes. Quedan algunas fotos que casualmente superaron la centena de likes. Pero
lo demás, está casi vacío.
Es que pasan los años, la vida sigue y no se detiene.
Apenas hace unos cuántos ayeres que compartíamos balones de fútbol, que
comprábamos las mismas tortas en la cooperativa y nos burlábamos del prefecto.
Pero Sergio no está. Da la impresión de que se ocupó igual que nosotros, en una
de tantas labores, de tantos caprichos absurdos que tiene la vida de un joven
adulto.
Pero su perfil lleva medio año vacío. Ninguna foto nueva,
ningún estado, ni si quiera un comentario. ¿Quiénes son sus amigos actuales? No
lo sé. ¿En dónde estudia o trabaja? Eso tampoco lo sé. No creo que sea manger
de Dolce & Gabana como dice su propia descripción.
Le envío un simple mensaje de “hola” para aclarar el
misterio. La conversación nunca es abierta por él, ni aparece el famoso visto.
Después de varios días me queda claro; Sergio ha desaparecido, al menos del
internet.
¿En dónde vivía? ¿Cuánta familia tenía? Nunca me enteré
de eso. Ni si quiera en los tiempos inmortales, cuando llegamos a hacer
trabajos juntos, a tener algunas reuniones para jugar videojuegos. Nunca
visitamos su casa y si lo hicimos ya lo olvidé como suelo olvidar tantas cosas.
Como parte de una conversación; le pregunto a otro de mis
amigos que pasó con Sergio. También lo desconoce, en ese momento pienso que
estamos en un país de gente que no se interesa lo más mínimo por aquello que
está fuera de lo común, pero luego me retracto. No tiene sentido hacer esa
clase de reclamos.
De pronto recuerdo que lo último que supimos de él es que
se convirtió en ateo, que nos llamó a los demás ignorantes y hasta nos dijo que
éramos como hamsters en una rueda.
Viene a mi memoria, que tenía el sueño de
viajar a un país lejano, de cultura completamente diferente, que nos recomendó
un grupo de música al que nunca prestamos atención.
Es difícil desaparecer en una ciudad donde todos se
conocen y más aún, cambiar de gustos, cuando todos escuchamos la misma clase de
música y creemos en el mismo Dios.
Pero Sergio, definitivamente lo logró, escapar de esa rueda que tanto odiaba. Si
está aquí, si tiene familia, si escapó para siempre, si está encerrado en un
retiro voluntario, si alguien lo secuestro o le hizo daño, si está muerto o
lejos de aquí; tal vez nunca me enteraré de eso.
Tendré que esperar a que algún chismoso me cuente el
final de esta historia, mi antiguo amigo por fin se conecte o incluso me lo
tope cruzando la calle. Mientras tanto, no queda más por hacer o decir.
Adrián "Pipe" Bonilla.
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