Desde Juárez para el mundo




Hace poco más de una semana falleció Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido con el nombre artístico de Juan Gabriel. Un hecho que resonó en todo el país entero y más allá de él. Las redes sociales estuvieron llenas de publicaciones al respecto, desde los más sinceros pésames hasta una multitud "memes", algunos de ellos muy simpáticos y otros desprovistos de encanto.

Eso sólo fue una pequeña muestra del impacto que tuvo esta lamentable noticia. La televisión nacional se volcó completamente a hablar de la vida y la muerte de Juan Gabriel, mientras un número indeterminado de personas se reunió en diferentes ciudades para conmemorar al Divo de Juárez

Así fue

Durante estos días, los simples mortales hemos tenido la oportunidad de conocer a detalle la historia de este compositor. Tener una idea de los difíciles años que vivió, de su comienzo tan desalentador y colmado de tragedias. Sin embargo, logró salir adelante y compartió con el mundo su gran talento durante varias décadas. 

De Parácuaro a Ciudad Juárez, de Ciudad Juarez a California, luego de regreso hasta llegar a la ciudad de México. Fueron muchas las personas que se cruzaron en su vida, los giros del destino y el sufrimiento, casi proporcionales al alcance de su fama y reconocimiento. 

México perdió a uno de sus más grandes artistas. Un ídolo que conquistó a todas las clases sociales en una sociedad profundamente dividida, un hombre que supo traer alegría en tiempos de crisis económicas, carencias, corrupción y muerte. Fueron muchos los problemas que nuestro país experimentó entre 1950 y 2016. Fue bueno amenizar gran parte de dicho período con su música. 

Independientemente de las contrariedades que aparezcan con los años venideros, lo seguiremos escuchando hasta el final de nuestra existencia. Su impacto es innegable, su huella imborrable

Sus letras no sólo hablan de él, sino de todos nosotros; nuestros abuelos y padres fueron los primeros en descubrirlo. De alguna manera, tejieron sus historias con sus canciones. Algunos de los pasajes más entrañables de su juventud tuvieron como fondo la música de Juan Gabriel. 

Por ejemplo, mi papá cuenta que "Hasta que te conocí" fue un himno presente en todas sus reuniones y fiestas de la universidad, que fue coreado por todos sus amigos, en incontables ocasiones.

Anécdotas parecidas ocurrieron con otras canciones, historias de amor, alegría, soledad y desconsuelo. Su obra fue tan extensa que sería injusto limitarse a unas cuantas composiciones. Cada quién puede aportar una experiencia personal diferente relacionada con la música del Divo de Juárez. 

De alguna manera, supo llegar a cada uno de nosotros. Su música alcanzó el alma de los mexicanos, quizás porque supo describirnos, porque pudo hablar de la vida en término sencillos pero profundos. Encerrando detrás de sus letras una visión de la vida. Haciendo que los sentimientos efímeros se transformaran en creaciones permanentes y "eternas", como diría él. 

¿Cuántas cosas quedaron pendientes? Tal vez mañana despertamos solos, pero por el momento queremos estar soñando. Aquellos conciertos multitudinarios, con orquesta, mariachi, coros y bailarinas nunca volverán a ser iguales. Perdieron a su estrella principal, al ídolo que respiró el mismo aire que nosotros.

Recién que murió me pregunté si no se equivocó de época. Tal vez debió de ser contemporáneo al cine de oro mexicano, simultaneo a las mayores figuras del espectáculo que pisaron nuestra tierra... Pero no fue así. 

Ahora lo comprendo, un gran número de corrientes filosóficas afirman que todo ser humano tiene una misión en la vida (ya sea que nazca con ella o la forje durante el transcurso de sus años) y la suya fue hacernos sentir, hacernos cantar, bailar, llorar, reír, compartir un amplio etcétera. Todo esto para nosotros y las generaciones venideras, que tuvimos esa dicha.


E inolvidable

"Juan Ga" siempre será recordado en diversos rincones del mundo. Tendrá la dicha de evitar el olvido. Es claro que se merece este honor después de una obra tan extensa. Se dice que sus cenizas descansarán en Ciudad Juárez, la frontera que presenció sus comienzos y tuvo entre sus calles al mítico "Noa, noa" .

Ahora se harán realidad esas palabras de que estará "en el lugar de siempre, en la misma ciudad y con la misma gente". Para que nosotros al volver no encontremos nada extraño... 

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